El Poema del Fuego… Sinfonía nº5

 

 

Hace algunos años tuve la fortuna de trabajar un tiempo en Japón, país que conozco desde hace mucho, durante mi estancia visité MORI Building DIGITAL ART MUSEUM: teamLab Borderless, es un museo digital repleto de obras con imágenes, luces, sonido y objetos que te invitan a perderte en sus laberintos y vivir experiencias muli-sensoriales que nos hacen despertar la imaginación y los sentidos. Para aquellos que no hayan podido vivir alguna de estas experiencias… imagínense entrar a un edificio con muchas salas en donde por temporadas hacen obras audiovisuales representando la naturaleza utilizando medios digitales tecnológicos en cada uno de los cuartos, el primer recuerdo que me viene a la mente es entrar a un cuarto obscuro, caminar sobre un pasillo angosto que te lleva a una red suspendida en el espacio… sentí un poco de vértigo por lo transparente e inestable pero ya que me acomodé fue ¡muy agradable y cómodo!, después de esto comienzan las luces y la música comencé a ver destellos de diferentes colores moviéndose alrededor mío es como si estuviera dentro de una galaxia, dentro de un túnel infinito… esto fue increíble en un segundo me transportó a otro mundo.

¿Que pasaría si estas experiencias las tuvieras en tu día a día…? ¿Qué tal si pudiéramos ver colores al escuchar sonidos? ¿Puede ser el color un sonido? ¿Puede provocar una emoción que te provoque tristeza el tacto de una superficie? ¿Puede provocarnos sensación de frío un olor o un sabor? ¿Puede algo tener un sabor agudo?…

La creación

En 1910 fue creado el Clavier á lumère, instrumento parecido a un teclado por el cual cada nota producía un haz de luz con un color correspondiente a una escala cromática visualizada por el compositor y pianista Alexander Scriabin, este gran artista tenia una visión de compartir y transmitir a la audiencia lo que él sentía multi-sensorialmente, me refiero a ver colores por medio de sonidos.

Scriabin, compuso Prometeo: El Poema de Fuego (Sinfonía nº5), en esta obra orquesta, el compositor ruso añadió un piano, un coro y el Clavier á lumère donde por medio de los haces de luz proyectados en el escenario , mostraba y hacia sentir al público los colores que él veía al escuchar la música, esto es, que pudieran percibir sensaciones equiparables a las suyas, o como el lo describía “un poderoso resonador psicológico en el oyente”.

Sinestesia

Neurológicamente la explicación que más me gustó fue la que comparte Richard Cytowic, en donde nos dice que la sinestesia es un atributo fundamental de los mamíferos, todos lo tenemos pero sólo algunas personas son consientes de esto y cada individuo lo puede desarrollar con mayor o menor intensidad, también explica que la mayoría de los procesos cerebrales funcionan a nivel subconscientes, aunque puede haber casos que llegan a un nivel de conciencia mayor, de cualquier forma esta experiencia permanece en el inconsciente de la persona, por lo que en resumen, la única diferencia entre un sinestesia y una persona que no lo es, es que el primero es consciente de sus experiencias sinestésicas.

La sinestesia nos hace experimentar sensaciones provenientes de diferentes sentidos a la vez ante un solo estímulo perceptivo. Según la Real Academia Española de la Lengua, la palabra sinestesia proviene del griego y está formada por la unión de los vocablos “syn”, que significa unión y “aísthesis”, que se traduce como sensaciones, entonces podríamos definirlo en conjunto como “Sensaciones unidas”.

Es importante mencionar que esta condición usualmente se manifiesta por la aparición de colores y formas vinculados a los sentidos del oído, el olfato, el gusto o el tacto, aunque también existen otras más raras, como la tacto-espejo, en la que el sinestésico experimenta las mismas sensaciones que otra persona a la que está viendo en ese momento. Por ejemplo, si la otra persona siente dolor, el sinestésico también lo siente.

En el caso de la música, la melodía tiene el poder de provocar reacciones sensitivas en el ser humano, capaz de revivir imágenes, lugares, situaciones, recuerdos, personas y por otro lado, en el arte de los olores, una fragancia nos puede hacer visualizar un recuerdo, una situación o un hecho específico.

Hablando de la historia de la música clásica y el arte, nos encontramos con muchos casos de compositores, escritores y pintores sinestésicos, como es el caso del compositor Richard Wagner y su peculiar forma de escribir partituras con los colores que le representaban los sonidos que escuchaba. Por otro lado, esta el caso de Oliver Messiaen, uno de los compositores más importantes del siglo XX, amante del sonido de los pájaros, su sinestesia le permitía ver colores por medio del sonido y viceversa, Massiaen hizo un sinnúmero de referencias a la luz, el color y lo visual en algunos nombres de sus composiciones. Su condición lo llevó tan profundo que decía…

“Uno de los grandes dramas de mi vida consiste en decirle a la gente que veo colores cuando escucho música, y ellos no ven nada, nada en absoluto. Eso es terrible. Y ellos no me creen. Cuando escucho música  yo veo colores. Los acordes se expresan en términos de color para mí. Estoy convencido de que uno puede expresar esto al público.”

Podríamos quedarnos mucho tiempo platicando y citando muchas experiencias de gran variedad de artistas con esta condición quienes nos han deleitado con obras magníficas, pero me gustaría profundizar un poco más en como las personas con esta condición asocian los sentidos específicamente con el sonido y/o a la música.

En general las personas sinestésicas asocian automáticamente un color a cada nota, incluyendo las diferentes tonalidades, pero una característica muy interesante es que siempre asociarán la misma tonalidad musical con los mismos colores o misma tonalidad de color.

La diferencia radica en cada individuo sinestésico, esto es, cada persona con esta condición tiene su propia asociación, es decir, que uno escucha una nota y ve un mismo color siempre, otra persona sinestésica puede ver el mismo u otro diferente, pero siempre el mismo asociado a cada nota o tono.

Lo que sucede con las personas que no somos sinestesicas, es que estas asociaciones entre colores y música no se producen de manera automática, así que son variables porque se pueden ver influidas por diversos factores como pueden ser el estado de ánimo, o asociaciones basadas en un aprendizaje de la infancia modificadas por la memoria, aunque en general, la mayoría de las personas ya tenemos ciertas asociaciones como por ejemplo, sonidos graves con colores oscuros y colores más claros al escuchar sonidos más agudos.

¿Cómo es que las frecuencias de los sonidos y los olores afectan de diferente forma al comportamiento humano?

Las frecuencias altas influirían de forma incisiva en las funciones cognitivas, como sería en el pensamiento, la percepción o la memoria. Las frecuencias medias, en procesos neurovegetativos, como el ritmo cardíaco, o en las propias emociones; mientras que los sonidos de frecuencias bajas influirían en la conducta motora.

El Dr. Septimus Piesse quien fue un notable perfumista y químico francés, creó una manera única de combinar olor y sonido. Igualó una nota o sonido determinado con un olor en particular. Comenzando por el Do1 de la clave de fa en 4ª línea, es decir, 3 octavas por debajo del Do central, el Dr. Piesse asignó a las notas graves, olores pesados y a las más agudas, olores penetrantes. Las combinaciones de varias notas, a su vez, dan lugar a un acorde. Piesse, produjo una combinación o mezcla de aromas diferentes generando una armonía de olores, de ahí surgió el “Odophone” (Órgano de perfume), un instrumento impresionante el cual pareciera un órgano pero en lugar de emitir sonido cuando se presionan las teclas, éste desprende olores. Seria una experiencia inimaginable poder escuchar y sentir la música por medio de aromas.

De la misma manera que había constructores sinestésicos de instrumentos, que en su fabricación no sólo buscaban los sonidos de mayor pureza, sino que también desprendieran “aromas” y “luces de colores”, hay compositores con la misma condición sinestésica que se refleja claramente en su obra, como el caso del compositor austriaco Franz Liszt, en 1842, cuando fue Kapellmeister (maestro de capilla) en Viena, acostumbraba a pedir a sus orquestas “Un poco más azul por favor, este tono lo requiere” o “un profundo violeta, por favor… no tan rosa”, en pasajes que él consideraba más apropiado interpretarse con un color.

El comportamiento humano es maravilloso definitivamente entre mas sensible y creativo seas, puedes llegar a sentir y experimentar sensaciones muy intensas, esto me hace reflexionar la importancia que existe en ser la persona responsable de transmitir al público una pieza musical. Como ingenieros de monitores, por ejemplo, constantemente nos enfrentamos con explicaciones muy peculiares de cómo “escuchan los músicos” y como se refieren a sonidos o sensaciones especificas, seria todo un reto trabajar con una persona sinestética y poder transportarte a ese mundo de olores, colores y sonidos que despierta la música.

 

Referencias bibliográficas:

-El compositor Sinestésico: Oliver Messiaen

– Scents & Sensibility: Perfume in Victorian Literary Culture

– Sinestesia: música y color

– Sinergia Entre Arte y Ciencia

 

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